Tan glorioso, tan nefasto
Tan incauto, tan incandescente,
Que aún siento en mi vientre,
Una alegría tan inerte,
Y aunque por dentro me devasto,
No quiero de mi mente,
Olvidarte ni un instante,
Olvidarte sería mi muerte.
Hace un tiempo, que no escribía
Inspiración no anhelaba,
Más con tu beso llegó alegría,
Y mi alma descongelada,
Regresó de su extravía,
Amar desenfrenada.
Sé que es prohibido,
No te preocupes, lo entiendo
Pero esto se ha fundido,
Despedazarlo he querido,
Más me despedazo en el intento.
El problema es mi libertad,
Y mi falta de cordura,
Mi soberbia ansiedad,
Mi razón y mi locura.
Sé feliz en la vida,
No temas la escarpada,
Pues lo bello es la subida,
No siempre la llegada.
Aprende a correr,
Antes de caminar,
Aprende a sonreír,
Cuando debas de llorar.
Aprende que la belleza
Es efímera, vanidosa
Que un sentimiento es quien embelesa
Una vida, aunque sea desastrosa.
En fin, siempre estaré allí
Como un humano, como un amigo
Juro me acordaré de ti,
Y más de los momentos conmigo.
EDWIN YANES - BLOG DE POESÍA 